Costa Rica no solo fue parte de la mitad de Centroamérica, junto con Honduras y El Salvador, que retrocedió este año en el índice de competitividad global (ICG) del Foro Económico Mundial (FEM), sino que perdió el segundo lugar que ostentaba en Latinoamérica y el Caribe. Cayó al cuarto puesto. Ahora, no solo la supera Chile, como es tradicional en esta evaluación. También lo hacen Barbados y Panamá, que la desplazó como el país mejor posicionado de la zona centroamericana.
Otra mitad de la región, compuesta por Honduras, Guatemala y Nicaragua, mejoró su ubicación. Pero este logro, importante, no debe hacernos olvidar que solo dos naciones del área se ubican en la mitad superior del cuadro (Panamá en el lugar 53 y Costa Rica en el 55). Los otros cuatro países están en la parte inferior del cuadro, en el siguiente orden: Guatemala [78], El Salvador [82], Honduras [91] y Nicaragua [112].
El largo trecho que las naciones del área aún tienen por recorrer para mejorar su competitividad se manifiesta en muchas facetas. Por ejemplo, Costa Rica no solo se clasifica en el puesto 78 en lo relativo a infraestructura, como se ha resaltado. También se ubica en un alarmante lugar (108), entre 139 países, en lo concerniente al entorno macroeconómico.
Insuficiencias en el capital humano. Las carencias en lo relativo a la cobertura de la educación secundaria y el acceso a Internet en los centros educativos son un común denominador en el área, tanto más preocupante dado su impacto de largo plazo sobre la competitividad, las posibilidades de mejoramiento del nivel de vida y la disminución de la pobreza.
En efecto, solo Costa Rica se encuentra por encima de la mitad del cuadro en cobertura de secundaria, ya que se ubica en el puesto 63, en tanto los otros cinco países se agrupan entre los puestos 98 y 109.
Por lo que compete al acceso a Internet en los centros educativos, de nuevo solo Costa Rica se encuentra, por poco, en la mitad superior (lugar 62), en tanto los otros cinco países están en la mitad inferior, en puestos entre el 75 y el 119.
Tal rezago es particularmente preocupante al tomar en cuenta que, según expertos de la consultora McKinsey, la industria de las infocomunicaciones tiene un notable papel que desempeñar en (') contribuir con otros bienes sociales, como el mejoramiento de la educación y de los servicios de salud, incluyendo el acceso a estos, además de su crucial papel para el crecimiento económico.
¿Seguirá la caída? El FEM divide los elementos críticos para la competitividad en tres grandes pilares. En uno de ellos, el relacionado con la innovación y la sofisticación en los negocios, Costa Rica se ubica en el lugar 33 en el ámbito mundial, lo cual apunta hacia el potencial de mejoramiento resultante del esfuerzo de los ciudadanos y los empresarios por vincularse con los aspectos más dinámicos de la economía mundial.
Pero esa ventaja competitiva se ve carcomida por rezagos en los otros dos pilares fundamentales. El país se ubica en el lugar 62 en el pilar de requerimientos básicos, como infraestructura, instituciones, ambiente macroeconómico, educación y salud; y en el lugar 58 en los facilitadores de la eficiencia, como, por ejemplo, la educación superior, el mercado laboral y el desarrollo del mercado financiero.
De ahí que además del retroceso ya registrado en la clasificación, Costa Rica enfrenta el riesgo de seguir cayendo en el futuro cercano.
Un caso inmediato es Brasil, que está ubicado a solo tres centésimas y cuyo dinamismo en muchos ámbitos contrasta con el relativo estancamiento costarricense. Pero Uruguay también está ubicado a solo ocho centésimas, gracias a su evolución positiva en los últimos años.
Si no se actúa pronto para atacar las debilidades nacionales, Costa Rica seguirá perdiendo posiciones en el campeonato de la competitividad mundial, dado el dinamismo que otros países de Latinoamérica y el Caribe están mostrando en la carrera por el desarrollo.