Venezuela ha ganado una batalla crucial por la democracia. Este resultado aflora de las elecciones legislativas del domingo, en las que la oposición democrática triunfó por margen contundente contra el régimen chavista de Nicolás Maduro.
Los datos finales dirán en los próximos días el monto preciso de la victoria que, de por sí, con los números hasta la fecha, aseguran una ventaja arrolladora de la oposición, a pesar de las trabas de toda índole introducidas por el gobierno.
Y no era para menos. Bajo el chavismo, Venezuela ha sido hostigada por la mayor inflación del mundo, la cual alcanza el 200% anual, y una contracción del producto nacional que el Fondo Monetario Internacional calcula será del 10% o quizás más este año.
En este orden de plagas, destaca también un arrevesado sistema cambiario que se conjuga para agravar la escasez de productos básicos. Hasta el papel sanitario debe rebuscarse en la canasta de bienes del contrabando. Importantes industrias han cerrado sus puertas y otras aguardan en cola el naufragio.
La bancada opositora tendrá muchas opciones y algunos entendidos serios coinciden en el amplio menú de medidas adoptables. La debilidad del gobierno sugiere para muchos que Maduro no llegará a las elecciones del 2019.
A este respecto, la caída de los precios internacionales del petróleo constituye también una amenaza grave para el empleo y, en particular, el gasto público y los diversos esquemas de galardones astronómicos y premios globales creados a lo largo de los 17 años del imperio chavista.
Una ficha clave para lo que siga es el Ejército. Las Fuerzas Armadas son polifacéticas en cuanto al rango de sus actividades extracurriculares. Un capítulo atribuido a algunos generales es la combinación con el narcotráfico además del contrabando en serio. De cualquier forma, todo esfuerzo o diseño reformista que toque hasta tangencialmente los intereses de los uniformados deberá contar con su asentimiento.
¿Qué sucederá ahora con la rendición total de Maduro al mando castrista cubano y las legiones de agentes y asesores de toda índole que controlan la Isla? Esto obligaría a una reflexión profunda sobre el presente y futuro del chavismo en Venezuela. Como vemos, no hay salida fácil. Y lo que suceda involucrará a la jefatura cubana y los demás intereses que se mueven en el entorno del régimen chavista y que, desafortunadamente, afectan al valiente pueblo venezolano. Irán es otro de los enigmas.