Había una vez una panadería muy exitosa. Se le distinguía por su nombre comercial La Casa de las Torrejas. El barrio en que estaba ubicada era de población diversa, y si bien algunos vecinos eran gente acomodada, convivían cordialmente con las familias menos prósperas. Pero lo que todos compartían por igual era el entusiasmo por los bollos y la repostería que el establecimiento ofrecía, en especial las crujientes y dulces torrejas citadas por nuestra recordada Carmen Lyra.
Todo iba muy bien hasta que un día apareció un negocio competidor que ofrecía un pan no tan sabroso ni variado, pero cuyos precios eran definitivamente más bajos. La publicidad del comercio nuevo enfatizaba, además, que los clientes de la panadería tradicional eran ricachos explotadores de los menos afortunados. A pesar de este giro inesperado, la mayoría permaneció leal a la vieja panadería.
Los propietarios del recién llegado establecimiento, rascándose la cabeza, se propusieron emparejar y ojalá ganar la competencia. Para lograrlo, decidieron apoderarse de las listas de clientes y hasta las recetas del comercio que se mantenía fuerte. Con tal fin, encargaron a algunos de sus empleados menores hackear a hurtadillas el sistema para hacerse de las nóminas de clientes y otros datos confidenciales.
El desenlace del complot fue que la maldad dejó huellas y nombres. Por tal razón, las autoridades impusieron a los malos de la película altas multas y hasta posibles estadías tras las rejas.
Esta fábula acaba de suceder realmente en Estados Unidos con motivo de la campaña del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales y legislativas de noviembre del 2016. Compiten en este proceso tres postulantes para la Casa Blanca y, hasta ahora, va a la cabeza Hillary Clinton, quien enfrenta a dos precandidatos menos exitosos.
Salió a luz la semana pasada que personal del postulante Bernie Sanders, quien ocupa un segundo lugar distante en los sondeos, ingresó ilegalmente a los archivos de Clinton en varias ocasiones y obtuvo listas de partidarios y hasta de donantes.
El Comité Nacional del Partido Demócrata provisionalmente cerró el acceso de Sanders y su grupo a la información central del partido. Por su parte, Sanders, el jueves, interpuso una demanda contra el Comité por esa exclusión alegando la imposibilidad de continuar así la campaña.
No obstante, están en marcha negociaciones entre los campos de Bernie y Hillary para resolver la situación. Creemos que todo podría convenirse más fácilmente departiendo alrededor de café humeante y platones abundantes de torrejas crocantes chorreando miel. ¡Qué delicia!